jueves, 15 de abril de 2010

acerca de no ser nada sin saberlo

No sirvo para ser util en las situaciones que más lo requieren.
Se que me escondo de las lagrimas incluso cuando estas desean tener más sentido.
Se que me vuelvo piedra indefensa y que me invado de sensasiones implacables.
Pero te miré, sin comprender, te toqué con un tacto fugaz, irreverente, era un toque desesperado, uno que deseaba que sintieras con ternura o al menos con simple aceptación.
Yo no estaba luchando, tu guerra era tu guerra, la hiciste tan tuya que el castigo de la incomprensión nos golpeó quitandonos armas y pies para seguirte.
Habia un campo, habia un lamento y yo de pie sin poder hacer nada, y yo de pie volviendome color fuego.
Pero aun asi la cobardía no me venció, y entre mi torpesa y tu silencio intente no ser nada que estorbara tu batalla y probable encierro selectivo.
Pero me pudría con sutileza y me moría por mi cuenta, por no ser capaz de buscar tus ojos, ya que temía el verlos fijos, mar de sensaciones efimeras, complot color silencio de heridas abiertas.
Temía ver tu batalla y no comprender la lucha.
Pero en mi también habia algo, mas que una lucha era tormenta, torbellino filoso cargado de dudas sin respuestas, cargado de hojas sin palabras comprensibles, sin motivos aparentes.
Era tormenta silenciosa pero tormenta de todos modos.
y de mis labios sellados por el deseo de no ubicar la palabra correcta, se escapaba un perdón que bailaba desorientado y se perdía en la comisura de mis labios.

Ok, no soy capaz de comprender,
pero siempre que quieras me vuelvo vacija para escupir lamentos.
siempre que quieras soy sonrisa transferible
siempre que quieras soy inyección indolora
siempre que quieras soy realidad a la carta
siempre que quieras y cuando no, también.

owari

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