Suerte

Versos congelados me anestecian la conciencia.
Las sonrisas pulidas y dulces que se escapan de mis recuerdos se esfuman en el humo de un cigarrillo compartido, las atrapo, las camuflo conciente de que sin una foto el viento las borrara más rapido y me escondo detras del tinte rojo de las manos que me acompañan, frias como quien las sacó de la copa de un arbol y las guardó en una caja de cristal.
El sol y las nubes que juegan a tomar protagonismo.
La lluvia tan poco inspirada me baña la conciencia, la limpia y le da un camino subterraneo el cual recorrer.
Hoy viajo mucho, Hoy sueño mucho.
Hoy no extraño nada más que ser quien quiero ser.
Y amo a quienes me hacen serlo.
Primero fue complicado?
como teclas de un piano.
Y hoy juego y pienso que si la historia no dió más es porque no hay razón para seguir gritando.
Aunque es una sana satisfacción no escuchar nada más que mis pasos escapando de mis palabras, de mis inspiraciones, de mis batallas vencidas.
Mi desgracia no es rubia, ni tampoco suficiente.
Voy a soñar con tormentos a gritos bañados de quicio, de cremayeras y abismos.

Suerte.


Owari.