No es que no quiera.
Pero ni quiero, ni puedo, ni me permito perderte
por un segundo, por una esquina, por un bostezo.
No puedo confundirte en la niebla
ni tardar 22 años en dibujarte algo que paresca decente.
Aunque lo intente
Es renunciar al mundo
Es confundir rosas con infiernos de sintiempo.
Renunciar a ti
es hacer sangrar la pantalla del computador
y romperme la nariz en mil ventanas donde busqué tu rostro
y estallar mi corazón para pintar lienzos en los que camines
con vida y colores de fresas y coagulación.
Me pesan las manos, los pies
el agua y el humo que dejas a tu paso
me quema el piso si no lo caminas conmigo
Y abro esa puerta en la que se dilatan las pupilas
por verte y reivindicar un agosto, un septiembre
que se lo llevan tus miradas
y lo cuento en minutos que dejé de mirarte
y segundos en que tus ojos me salvaron
de la mejor resaca y oscuridad
para quedarme a media luz
y allí imaginar la vida
de un destripado octubre sin ecos
.
Owari.
que bonito, extrañaba tus escritos ... :)
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