Estaba desnuda de congojas humanas
De recuerdos
de la luna tenue en tu cama.
Mi corazón se admiraba del compáz altivo
aún asi
parecía un tobogan de inertes estrellas resquebrajadas.
Te sentí abrazarme con extrema delicadeza,
como si trataras con alguna hoja seca de otoño
La estrella en tu almohada
mi cuerpo y el tuyo, parecían años...
!Mírame!
Te estabas llevando el encanto (sin irte, no, no)
y depositabas la angustia en mi pecho, en mi garganta, como anfetaminas dulces
Y no me dejabas amanecer (en tus labios)
mirarte (la inflexion de tu piel)
oirte (esas palabras tan tuyas)
El tiempo inutil
amenazaba a mi pecho con abrirse
y dejar salir un millon de imagenes borrosas.
Pastel, verde limon, alas y cometas.
Me mataba el murmullo de aquellas palabras
que ordenadas paradojicamente
entraban con ultraviolencia en mi mente
El amor caía como un cometa en la tierra
y el mundo se hacía invisible
inutil
trágico
corazón de poeta (que vive)
Infiltraste en mi (tú) noche
recuerdos e imagenes intoxicadas por tu rostro
tu voz, tu droga
Y sometí los susurros, las caricias, mi mundo
en todo un instante.
En que te perdoné
sin explicaciones, sin palpitares
sólo un par de canciones tristes
y un frágil cascarón de nuez
que de pronto hacía crack
Owari