Cuando la vida era dar un salto
Que era, tú eras, inefable
como tropezar con un programa que no buscabas
y que luego perdías por haber guardado.
Cuando la vida era venganza
y aguantar los soles de invierno
tropezar en fogones llenos de insomnio
ser constante no era malo si tenías que ser intérprete.
Cuando la vida era escuchar
esa canción que te gustaba
y que palpitaba en un dialogo invariable.
Enfocarme era difícil (aquel día)
Cuando la vida era un instante
en parte yo era amante y amiga
y a veces un mimo que no tenía ensueño
pero se permitía de grandezas
Cuando la vida era inocente
y quería parir un término que explicara el desconcierto
prefería quedarme en tus ojos que en mis rebatos perdidos
(yo te esperaba en mis closet con guías y explicaciones)
Cuando la vida era llegar a un puerto
y sentarme a contar las olas esperando tus pasos inquietos
Mientras dibujaba la cantidad de versos que llegaría a pintar a mi casa.
¿Por que me acongojaba respirar tu distancia?
Yo no volví a sentarme en aquel sitio (hasta ahora)
Esta distancia precisa sabe a cárcel.
Este dolor deberías tatuarlo en tu piel.
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