domingo, 15 de enero de 2012

Jodida y radiante

Es increíble como soy capaz de encerrarme en el baño a llorar mares de desolados disgustos y fracasos, ver caer mi llanto cómo un charco de desconcierto, señalar las paredes gustosas que ríen y se mezclan con el suelo frio y agobiante.
Como mis manos se trasforman en lazos endebles, que tiemblan y desgarran la angustia y la aumentan casi en un estado de hipocondriaca insensatez
Como puedo arrastrar mis pies por el suelo pensando en que ser atropellado por una tumba de ojos domados es la opción más sana, factible, hermosa y celestial. 
Querer morir ahogada en la sangre que tu alma desprende como borbotones vivos de dolencias.
Ver cómo en los ojos ya no hay consuelo ni color que les de vida (ni amaneceres ni nieblas amarillas en proa a la nada), tan sólo lagrimas que se cuelan en el borde y caen  suicidas por el abismo de las mejillas rojas y desconsoladas.
Es increíble como puedo dejar que mi alma vomite cada retazo de vida que le queda y lo empuje hasta sentir que no hay nada más vivo, nada capaz de sentir (direcciones reconstruidas por una memoria indócil)
Hundirse en el suelo hasta llegar al fondo del hoyo más agudo y oscuro que nunca haya sido capaz de enfrentar.
Y al final dejar que el recelo fantasioso actúe como ungüento de heridas que abrieron el suelo y dejaron de lado toda posibilidad de acceder a la elocuencia.
Y ver, cómo después de haberte desgarrado el alma y los pensamientos, puedes ser capaz de levantarte, secar cada lagrimas con las misma manos que quisiste usar para abrir tu pecho y dejar que el llanto se fundiera en el piso, tapar los aullidos y los absurdos. Y salir, como mi amigo Mario me enseñó, jodida y radiante para de nuevo, seguir caminando.


Owari. 

Benedetti, me salvaste la vida (again)




miércoles, 11 de enero de 2012

Se esclarecen los puertos

Que es de ti que me tengo que aferrar a lo inefable 
A tus distantes miradas de  odisea en los puertos 
Contar tiempos remotos
consumirme en el fogón de mi angustia
y conservar mi cuerpo tal y como lo has dejado
Donde estás
que las huellas se volvieron pajaros sin alas
y la controversia es no verme donde antes me veias
Y quizas no me veias
Que asqueroso es no poder definir el dialogo
ni enmudecer las silabas tontas 
Salir, marchar, jugar y contar cada uno de tus pasos
(se va a acabar el tiempo)
Yo se que deberia dejar de comerme las uñas
y los pensamientos
Yo se que debo dejar de molestarte
¿Pero a quién más le adjudico los elefantes en mi estomago? 
Yo no sé, pero parece que tu nunca te caiste en un pozo
ni raspaste con las uñas las paredes mojadas del cielo 
No voy a prometer que no osaré recordarte 
Por que mis manos son tan traicioneras como tu olor a risa
Pero dejame romper los tallos y las flores y darle algo de sentido a los segundos
(que se parten y parecen jugar desnudos)
Extrañaré tanto tu espada como la pared.
Nunca me gustaron las distancias precisas, ni los dibujos que hacian las cartas de ti 
(muy lindos, más que lindos, más que muy lindos, oh Dios)
Quiero extrañarte pero sin sabor a perdida
Quiero extrañarte con tus labios soltando una estrella (de esas que dicen hasta luego)




No me entiendas, prometeme que no me vas a entender 

martes, 10 de enero de 2012

Compostura



-Belen. ¿Cómo haces para mantener siempre la cara de que no pasa nada?


-Entrenamiento








Owari