Juro que hubo un momento en que yo no lo vi venir (y eso estaba re-bien)
Y caminar por los pasillos no era querer tropezar con sus ojos que incluso lejos de los pasillos iluminarian kilometros de pensamientos mios (re mios joder!)
Pero, Dios, el relampagueo, los tropiezos y los giros desde un mismo lado son inexplicables. (como tu)
No es que esté sonriendo (siempre) queriendo que existan palabras que esten de mi lado ( como mi suerte siniestra)
Pero no hay explicaciones, ni ganas de darle fin.
Estoy teniendo un problema con las espaldas, los ojos y los simios.
Maldito Cromañon.