lunes, 20 de agosto de 2012

Masivo repentino y por encargo

Voy a odiarte por que se que lo mereces más que las lineas tatuadas en mi recuerdo.
Y en verdad a veces es facil odiarte, sacarte de mis enredaderas difusas para ponerte en algun lugar donde no estés a salvo. (de mi )
¿Y si creyera que si te merezco? Que a pesar de la incognita precencia del desconcierto y la duda, me merezco tus manos que se lucen repentinas en mi rostro.
Por que realmente creo que te odio, pero te odio por que no quiero odiarte. !Dios! odiarte es asumir que me importas, odiarte es asumir que una parte de mi no quiere odiarte, quiere perdonarte.
Pero no voy a hacerlo
Por que aun me dueles en la ingenuidad de haber subestimado tus planes, tus palabras. La espantosa capacidad que tienes para dejarme sin una puta-palabra-que-valga.
Yo no tenía que soñarte
¿Estaba todo controlado recuerdas?
Que los recuerdos eran rios de esperanzas que no IBAN a importarme.
Ahora, dime
¿Que hago? ¿Te salgo a buscar? ¿Te lloro? ¿Te escribo poemas en un indecible intento de no desear tus labios? 
Quiero no quererte.
Y la poesía del desconcierto se adhiere a mis vertebras y te forma (trans-forma) a cada instante. 

!Yo! que me había pronunciado en contra de los amores masivos, ahora te sueño incluso con los ojos abiertos.

Owari.

Somos frases



Es como si quisieses dejarme en ruinas incluso antes de construirte el castillo