jueves, 27 de junio de 2013

Seremos Alma

Que alguien le diga a ese hombre (semblante de un claro de luna, recuerdo de un mago silencioso)
Que apareció con la sonrisa perpétua y el invierno encajado en el pecho 
Que se le vieron las intenciones en los bordes de su alma y trajo un huracán que le reveló hasta la esencia.
Que alguien le diga que lo confundí con un abismo y que me sostuvo los pensamientos rebeldes y enloquecidos del desconcierto
Que alguien, ¡porfavor! le explique cómo sus palabras se adentraron en mis vertebras, cosquilleantes como pestañas rozando la impaciencia del tacto.
él, el reflejo espectador, el que espera, el que me consoló los desencantos y transformó la poesía a su imagen y semejanza 
Que alguien le diga que en noches donde yo le escribía, la filosofía le acarició la existencia y sembró en sus manos la virtud de arrancarme las dudas
El Filosofo del desconsuelo, de los labios temblorosos.
Con el que recorrí el inexplorable placer perverso de no salvarse, con el que disfruté la insensatez de los labios y el idioma del tacto.
Que alguien le cuente el infame frenesí que producen sus ojos espontáneos, usurpadores de la elocuencia, grandilocuentes, i-rre-du-cti-bles 
El, el que me conoció con el corazón en la mano y los nervios en la punta de los dedos 
Con quién me emborraché el alma de poesía romántica y turbulenta 
Nosotros estamos destinados a caer del acantilado 
a enseñarnos con el roce el espiral de la inmensidad
a dormirnos en el mismo espacio, invocando absurdos con sabor a gloria
a besarnos las dudas, las ideas, las mejillas y las pestañas
a leernos los pensamientos, las manos en la piel y la respiración acompasada
¡Dios! Que alguien le diga a este escultor que me acompañe las manos y me suavice los labios!
Que le adjudique versos a mi agónica sonrisa enardecida
Que se haga libre y juege y regrese sin pensarlo
Que alguien le pida que me encuentre
un día, de palpitaciones desmedidas
y me mire (sin verme)
se acomode en mis pupilas
y me sumerja en el encanto de lo infinito

Yo lo sé
Tú y yo
Seremos alma. 



Owari 

domingo, 23 de junio de 2013

Como balas

¿Estás dispuesto a que yo sufra con tu dolor? ¿Cada hora, minuto, segundo?
Que me duelas
como me duele de Rokha y Borges
Que con ellos yo puedo cerrar el libro, dar vuelta la pagina, sacar a Benedetti y a Sabines y sonreír, pero si me dueles tú
y me arriesgo a quererte
como se quiere con fuerza, como se ama
me arriesgo a que me duelas más
mucho más de lo que me puede llegar a doler un poema ( y vaya que hay poemas que me han dolido, como balas)
¿Estás dispuesto?