
La pequeña Alicia tomo con la delicadeza de un marionetista la pieza que estaba frente a ella.
Un cuerpo humano, real, fresco, 20 años de digestión y buena alimentación.
Su cuerpo, su almuerzo.
Habia soñado mucho con aquel macabro momento
Lo destrozaria con elegancia, separaría las partes y se lo comeria una y otra vez.
Pero aún asi podía ver una triste tonalidad en los labios de SU cuerpo SIN vida.
Se comería esa tonalidad antes de todo, no queria tener un almuerzo triste
No deseaba ensuciar sus manos suaves y blancas como la leche, asi que se puso ropa adecuada para la ocasión.
Porfin! porfin!, una agonica alegría la embargaba!
Porfin se comeria ESE cuerpo HUMANO, que de por si, siempre debió ser SU cuerpo HUMANO.
Queria ver la sangre correr, derramarse como cuando presionas una naranja y le sacas la cascara, eso haría, le sacaría la cascara, y con el líquido carmesí, pintaría algo antes de coagular.
Oh si! habia algo que detestaba de sobremanera, detestaba ver coagular a la sangre, era horroroso ver que de ser un hermoso y brillante líquido carmesí, se volviera algo seco y color marrón.
Pero ella era una artista, y se quemaría las manos si con ello podia ver algo de arte en su habitación.
Tenía hambre, pero no solo hambre de carne y nervios si no que también tenía hambre de recuerdos, ideas, pensamientos, sueños mezclados con miedo y horrores del pasado.
Quería comerlo todo, quería ser SU cuerpo HUMANO.
Acercó nuevamente sus manos al cuerpo sin vida, listo para ser destripado mientras los acordes de Mozart invadian la habitación.
Alicia sonrió y entre tantas emociones mezcladas en su pequeño cuerpecito se permitió derramar una lagrima de sus orbes oscuros.
Lastima que la pequeña Alicia tarde se daria cuenta que aquella lagrima no habia sido precisamente de emoción.Owari.
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