Todo esto, lo es en efecto y nisiquiera me da el esfuerzo de darle el tilde de aquella culpa infantil que se usa en casos de rabia y negación, si no más bien, es aquel coctel de recuerdos ordenados paradojicamente en mi vida.En efecto, con ultraviolencia se disparan los hechos.
Es tu culpa.
Oh, pero no sabes cuanto duele.
Y ni siquiera sabes cuanto me costaba encontrarle un sinonimo a aquel dolor que se hospedaba en mi pecho cada vez que de ti se trataba.
disparos
otoños
dagas
gritos
soledades
culpas
y de pronto...
Milyunespinasenelpecho.
¿Por cuanto tiempo será asi?
¿Cuando me dejaras libre?
Super
FINito
(perdí la inspiración, y con ella las ganas de encontrarle sentido al texto, bye)
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