En este momento en que las dudas se hacen dueñas de mi sentido de sobreviviencia, deseo con todo mi corazón desvalido que me digas algo.
Lo que sea.
No estoy esperando que te pares frente a mi y me mires con ojos de estar completamente cuerdo y capaz de soportar el peso de mis locuras (que son grandes, más grandes de lo que te puedas llegar a imaginar)
Tampoco espero que me sostengas con tus manos y me arropes en este mar de inceridumbres que inventé en un infame intento de seguir siendo yo.
Por que no quiero dejar de serlo, no quiero dejar de ser y estar metida en mi incertidumbre, mi pelo quemado y mis rodillas moradas.
Pero, nunca pensé que me darias tantas ganas de ser diferente
Y de que me digas algo.
Lo que sea.
(Invierno no vengas que yo estoy aquí, ahogandome en una balsa de agua y charcos de lodo)
Lo que pasa es que tu creías que las palabras se las llevaba el viento, y yo sentía como me quemaban el alma.
jueves, 28 de marzo de 2013
domingo, 17 de marzo de 2013
Después de la calma
Soñé que no había nada que yo pudiese considerar más vivo que el caminar cansado por los senderos de mis recuerdos.
Soñé que había noches con luz y frío que calaba y golpeaba hasta la última hoja de mis cuadernos.
Soñé y Soñé que despertaría de la dicha de estar loca, locamente hipnotizada por la voz, el tacto y la difusa silueta de un recuerdo (vivo , casi humano, más humano de lo que yo podría llegar a amar)
Soñé y no soñé al recuerdo humano por que sabía que estaba fuera de mis sueños, más cerca, merodeando en la desfachatez de saberse importante.
Soñé la lluvia y se me mojó hasta el alma
Soñé el fuego y me abrazó hasta volverme cenizas
Soñé caminos de tierra y quise levantarme
Soñé con personas que eran libros, historias y luces que se irían sin regresar. Y estaban ahí en un pedazo de sueño que corría como la corriente de un mar furioso y todos sabemos, incluso los que vivimos en un sueño, que el mar arrasa y golpea y que después lo único que queda y que deja... es la calma.
Parir poemas en Cucao (parte 1 ?)
Soñé que había noches con luz y frío que calaba y golpeaba hasta la última hoja de mis cuadernos.
Soñé y Soñé que despertaría de la dicha de estar loca, locamente hipnotizada por la voz, el tacto y la difusa silueta de un recuerdo (vivo , casi humano, más humano de lo que yo podría llegar a amar)
Soñé y no soñé al recuerdo humano por que sabía que estaba fuera de mis sueños, más cerca, merodeando en la desfachatez de saberse importante.
Soñé la lluvia y se me mojó hasta el alma
Soñé el fuego y me abrazó hasta volverme cenizas
Soñé caminos de tierra y quise levantarme
Soñé con personas que eran libros, historias y luces que se irían sin regresar. Y estaban ahí en un pedazo de sueño que corría como la corriente de un mar furioso y todos sabemos, incluso los que vivimos en un sueño, que el mar arrasa y golpea y que después lo único que queda y que deja... es la calma.
Parir poemas en Cucao (parte 1 ?)
Hojas que ya cayeron
Cosas que debo plantar:
-Mis ojeras en algún lugar remoto a mi cara
- Mis palabras perfectamente ideadas en tu perfecta capacidad para no entender códigos
- Tu fuego en el lugar más inóspito de mi ser (al costado de mi irracional sentido de autodestrucción)
- El miedo en medio del mar que arraza
- El amor de los buenos en el centro de mi universo (el de verdad)
No puedo hacerlo todo bien, y es obvio que te repelo tanto como deseo acercarte, pero estoy bien, y quizás no tengo la capacidad de hacer una aceptación completa y no creer que eso va a hacer mi vida algo incontrolable. !Pero está bien!, por que el hecho de que seas y no seas, y el que no seas me haya enseñado más que el que nunca fuiste, me hace sentir que la complicidad a veces te hace caminar por lugares que necesitas transitar solo. Pero, al fin y al cabo,creo que mereces saberlo.
Owari.
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