jueves, 13 de marzo de 2014

Invierno envuelto en llamas


Ibamos a hablar de amor
de espasmos que contraen el vientre hasta desnudar el alma
de silabas que salen del cuerpo despeinando las sabanas
ibamos a hablar de ideas
que se mueven como peces y penetran los labios
que se incertan en los orbes de quienes sueñan despiertos
que se aplican en el papel a fuego lento
Ibamos a estrellarnos en los absurdos
a caer en fotogramas que perpetuan lo eterno
a sonreir en el espectro que la noche guarda

No estaba despierta cuando creí que hablaba de amor
yo soñaba que tu caerías en mis manos y me darías hojas que me hiciesen considerar lo inadmisible
Tal vez yo creía que miraba por la ventana en que te esperaba
en que deseaba escuchar tus pasos inquietos (odiseas menguantes)
en que recordaba el hueco en tu cuello
donde impartí roces y goces clandestinos
donde me bañé de tus labios y manos que hicieron del hambre un banquete feróz
donde tu cuerpo deseó al mío y nuestras lenguas hicieron caminos que llegaron al extasis
Tal vez yo creía que no me despertaría con ganas de reprochar al amor
y de leer a shakespeare un domingo por la mañana
intentando encontrar respuestas a preguntas intermitentes

Ay, que la vida no esperó nuestros llantos ni nuestras calmas
que nos trató como arena cuando hemos sido viento
que nos hizo borrar insomnios y hablar de amaneceres compartidos
Ay, que la risa nos curó los pasados, y los fotogramas malditos
Ay, de nosotros tan ingenuo
Ay de mi
Ay de mi

Owari. 


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